FUERA AYER AQUEL SÁBADO NOCHE EN QUE FUI A
URGENCIAS PORQUE VOLVÍA A TENER FIEBRE. MIENTRAS ESPERÁBAMOS LOS RESULTADOS DE
LOS ANÁLISIS TEMÍA LO PEOR, LE PREGUNTÉ AL Sacerdote que cuidaba de mí: Padre, ¿y si tengo cáncer?
Él, sorprendido me respondió: ¡Qué vas a tener cáncer! No digas tonterías. Pero
sus palabras no me tranquilizaron. Empezó a hacerse tarde, llegó Otilia y unos
minutos después mis compañeros voluntarios. OTILIA y yo nos quedamos a solas.
Entonces aproveché para preguntarle lo mismo, pero la respuesta que obtuve no
fue diferente. Otilia, el médico me decía que estaba sin defensas y que me
tenían que ingresar mientras encontraban el motivo. Al cabo de 24 horas me
informaban que tenía leucemia TERMINAL, que a pesar de que tenía cura, el
tratamiento era muy largo. Me trasladaban a Barcelona. Cuando escuché la
noticia, el mundo se me cayó encima pero no me cogió por sorpresa, de hecho me
lo esperaba. Hacía meses que me cansaba con frecuencia lo veía y lo sentía a
todas horas, allí donde estaba. Algunos me lo habían dicho pero como toda
guerrera yo seguí pa delante En el momento de subir a la ambulancia disfruté de
los pocos segundos que me rozó el aire de la calle. Sabía que pasarían muchos
días antes de que lo volviera a sentir. Durante el viaje hacia mi nuevo destino
no podía parar de llorar, no dejé de pensar en lo que me esperaba, ya no quería
luchar más, estaba cansada, me sentía sola sin mi familia en país extranjero;
era apenas una voluntaria Los primeros días estuvieron llenos de dudas,
intrigas y pruebas dolorosas. Sentía que el tiempo se había detenido para mí.
Mientras la gente de mí alrededor seguía con su rutina, planificando el próximo
"retiro con los padres jesuitas", yo no podía planear ni cómo, ni
cuándo, ni dónde iba a terminar... Sólo dependía de los medicamentos y del
tiempo y de la confianza del gran padre de mi vida DIOS! Los días fueron
pasando y médicos y enfermeros me iban aclarando dudas. Mis amigos y otros que
habían salido de debajo de las piedras, estaban
rezando por mí y me daban ánimos, aunque en ese momento no me servían de
nada, tampoco me curarían. Más tarde sí que los valoré. Por otra parte, EL
SACERDOTE Y LA FAMILIA ESPIRITUAL QUE DIOS me había regalado les era muy
difícil manejar el tema yo era una joven super activa como hoy dicen imparable,
algunos de mis amigos se lamentaban y se les veía tristes. Se me hacía difícil
verlos y saber que estaban así por mi culpa En cuanto vi que había tanta gente
que lo pasaría mal si me llenaban los ojos de lágrimas, no tardé en cambiar mi
pensamiento negativo. Debía aferrarme a la vida con más ganas que nunca y
confiar en aquel hombre que yo conocía mi padre del cielo DIOS! Al cabo de
cuatro días empezaron las quimios, 24 horas seguidas durante una semana entera.
Una semana, en que el malestar iba aumentando, empecé a perder el apetito, no
tocaba la comida del plato, es más, sólo sentir el olor ya me daba asco me
mareaba con facilidad incluso al punto
de caerme, así que tuvieron que subirme
las barandillas de la cama para que no me levantara, ya que tenía el pulso tan
bajo que me mareaba con facilidad. A finales de la semana, me encontraba tan
mal que me quedaba en la cama como un vegetal, sin moverme, esperando que
pasaran las horas, ENTRE EN ESTADO DE COMA POR 6 MECES AUN NO SE QUE PASO NI
COMO FUE SOLO SE que al despertar pedí me dieran la bendición papal de juan
pablo ii, despertar de ese sueño fue un caso fuera de lo normal. Tan pronto me
encontraba bien como mal, continuaba vomitando, me dolía la boca (porque se
inflaman las mucosas) sentía tanto dolor que me ponían pequeñas cantidades de
morfina, ésta, era mi salvación contra el dolor, pero me pasaba el día
durmiendo. Familia y amigos se quedaban a mi lado mientras yo dormía, pasando
las horas muertas, pase mucho tiempo ingresada, ya me quedaban pocos efectos de
la quimio, algún vómito de vez en cuando. Mi estado de ánimo aumentaba bastante
rápido. Pero me esperaba uno de los "peores" efectos: la caída del
pelo. No fue de golpe, cada mañana iba mirando la almohada para ver la cantidad
de pelo que había. El día en que empecé a ver demasiados, lo comenté al
enfermero y éste me dijo que lo mejor, era raparme antes de que se me cayera a
trozos. Así pues, me sentó delante del espejo y empezó a pasarme la maquinilla.
El pelo iba cayendo como si nada, yo me miraba en el espejo, no quería llorar,
lo hice más tarde cuando me quedé sola. Me costó acostumbrarme a mi nuevo look,
no me gustaba, pero lo ofrecí aquello que tanto me costaba y cada SEGUNDO
cobrara fuerza mirando a DIOS y ese corazón que me miraba con ternura... Por
fin llegó el día del alta y tuve una crisis existencial. Me daba miedo
enfrentarme con la realidad exterior y tener que aguantar miradas, o dar
explicaciones a quien no sabía lo que me había ocurrido. Pero con cobardía y
valentía unidas, ¡salí decidida! Me sentía la persona más feliz del mundo,
añoraba mi vida; que agradable era ser libre, sentir el viento y el sol en la
cara, pasear por la calle con los míos, levantarme en mi cama o pasarme por la
universidad y ver que me recibían con
los brazos abiertos, encantados de tenerme entre ellos. Todo esto, e infinitas
cosas más, me provocaban unas sensaciones que me cuestan de explicar, sentía
que llegaba a alcanzar las nubes de la felicidad, desde allí me he sentido tan
feliz y he mirado mi enfermedad como una amiga y compañera con la que tenía que
saber caminar cada día Me dieron dos semanas de descanso para poder junto a los
seres que me querían a rabiar no era mi familia de sangre pero eran los amigos
y la familia más hermosa que DIOS ME PUDO DAR EN SU MOMENTO, pero la historia
se repetiría. Me esperaban tres meses más, peores que el primero, ya que mi
cuerpo cada vez toleraba menos la quimioterapia. ¡No todo es triste! También
tengo recuerdos alegres, pequeñas anécdotas diarias que pasaban allí, algunas
que les pasaban a las enfermeras y me las contaban, o altercados míos como
cuando tumbé al suelo el palo del gota-gota, que estaba cargado de botellitas y
máquinas que pitaban por la noche, o como colocarme la nariz roja y hacer reír
a mis otros amigos de habitación Allí
conocí a personas muy majas que tuvieron una paciencia infinita conmigo. Ellos
nunca me juzgaron por lo que tenía, todo lo contrario, me animaban cuando me
hundía, me respondían todas las dudas que tenía, incluso me hacían compañía
cuando estaba sola. También pasaron el tratamiento conmigo. Al cabo de ocho meses
me dieron la gran noticia: ¡podéis caminar con el cáncer viviendo una vida
normal Pero tenían que continuar haciéndome un seguimiento, porque se puede
recaer hasta los cinco años de haberla superado, la felicidad embargaba mi
rostro perdí los papeles y fui corriendo a la capilla me arrodille ante el
Cristo y ante la imagen que lleva mi nombre ¡la virgen del pilar! Lloraba como
una niña desconsolada llena de felicidad y así han pasado unos años de lucha
entre nuevas crisis, otra vez un coma que fue el año pasado una semana en el paraíso
y un 28 de octubre 5 días después de mi cumpleaños desperté otra vez gozosa,
durante este tiempo la vida me ha regalado muchas experiencias y entra todas
las mejores conocí un súper padre Javier Salazar sanchis que durante todo este
tiempo me acompaño con sus oraciones, su entrega a DIOS, y porque no decirlo
con sus palabras de ánimo ,me ha hecho reír mucho se ha portado como todo un
padre como aquel sacerdote que en los principios de la prueba conocí pero por
voluntad de DIOS hoy me cuida desde arriba y tengo la certeza que él debe estar
muy contento conmigo y con toda la nueva familia gigante que he conocido por
medio de la red social….quizá muchos no
sabían de mi lucha pero esa chica que
conocen el Facebook Roxana gaviota sin
fronteras ha sido y es tremendamente
feliz con vuestra compañía, amigos míos le estoy agradecida al cielo por cada
detalle de cariño que me habéis brindado sin conocerme. Agradezco a los médicos
que me cuidaron con esmero y caridad y a todos aquellos que en el camino han
conocido a DIOS por medio de una palabra o un consejo, por medio de un ROSARIO, de mis ganas por vivir, por
medio de las oraciones de las personas
que han estado en mi entorno…y hoy quiero decirles que sigo luchando, pero con
la frente en alto y con la sonrisa que viene de tan dentro ; muchas veces
porque llevamos la cabeza cubierta nos miran como bichos raros, queremos
trabajar en algo simple y nos lo niegan, somos seres humanos tan normales
que no pretendemos arrebatarle nada a nadie.
Hoy quiero pedirte que seas parte de una
sociedad que no discrimina sino que alienta y anima danos tu mano para avanzar
nosotros no pedimos tener cáncer, no te puedo dar una respuesta por qué yo y mis amigos lo tienen, solo puedo decirte
que nadie está libre de esto y de otras cosas, queremos ser felices,
queremos ayudarte a sonreír ;porque
aunque no lo creas a muchos de nosotros se nos aumenta la risa y la gracia
porque sabemos de quien nos hemos fiado. Contamos contigo, se parte de una aventura en la que se es más
feliz: dar la vida por los amigos! Y con esto te invito a que no nos mires con desprecio;
el cáncer no es una enfermedad contagiosa, es una etapa que a nosotros nos tocó
vivir .Agradezco infinitamente vuestros
detalles de amor para con cada uno de mis hermanos y amigos. Quiero que sepas
que puedes contar con la gaviota Dios que es bueno me ha regalado la gracia de
poder regalarte mi cariño, mis palabra, mi sonrisa y ante todo mi humilde
oración .ahora te dejo voy a una transfusión de sangre .(continuara)ATT :ROXANA
GAVIOTA SIN FRONTERAS.
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